La situación del municipio es la peor de toda la provincia con 723 certificados a la espera de distribuir
La oficina de Correos de Porriño no da abasto. Un total de 5.223 envíos se acumulan en las dependencias, de los que 723 corresponden a certificados. Teniendo en cuenta que el municipio cuenta con cerca de 18.000 habitantes, casi uno de cada tres vecinos resultaría afectado.
La sección sindical de la CIG denuncia la situación límite en la que se encuentran los trabajadores, en total, quince, de los que cinco son urbanos. El hecho de que habitualmente estén saturados de trabajo provoca que cuando no se cubren las bajas por vacaciones como es el caso, la situación alcance límites preocupantes, según explica Antonio García. Es lo que está sucediendo este verano al faltar uno de los cinco repartidores urbanos.
Buena muestra de la situación es que si habitualmente la clasificación del correo se resuelve entre las 7.30 y 8.30 horas, estos días se prolonga hasta las 10.00, lo que a su vez incide en la marcha de los envíos y provoca que, como ahora, se acumule correspondencia desde al pasado viernes. A esta complicada situación se viene a sumar el agravante del elevado número de empresas que se asientan en el término municipal y que resultan afectadas de forma directa.
Al margen de la falta de personal, los sindicatos denuncian que el ámbito rural no está dimensionado de forma adecuada, al tratarse la mayoría de las veces de grandes extensiones en las que resulta imposible repartir el correo en el día.
El caso de Porriño es el más grave de la provincia, aunque no el único, ya que son varios los municipios que se enfrentan a dificultades. Los problemas más frecuentes son la acumulación de correspondencia y, por tanto, el retraso en el reparto, así como la falta de personal.
Los trabajadores temen que si no se mantiene este servicio público en buenas condiciones acabe pasando a manos privadas, una vez que ya ha sido liberalizado. Reclaman para evitarlo que como mínimo se cubran las vacaciones y las plazas vacantes. |