La reserva de parcelas abierta antes de la crisis se viene abajo por falta de crédito o frenazo de planes de expansión
En el año 2008, la Confederación de Empresarios cifró en 10 millones de metros cuadrados la superficie necesaria para el desarrollo industrial proyectado en el área de Vigo. Dos años de crisis después, la demanda de suelo para nueva inversión ha caído, y amenaza con dejar desiertos gran parte de los 9 millones de metros cuadrados de polígonos que se encuentran actualmente en fase de construcción.
«Hay un descenso absoluto de la demanda de superficie e instalaciones para nueva producción», afirma, Javier Represas, gerente de Galicia Naves, empresa especializada en la gestión de localizaciones industriales.
El problema ahora ya no es el déficit de suelo, sino el elevado coste al que sale al mercado el metro cuadrado de polígono urbanizado en el área de Vigo, por un lado; y las dificultades de acceso a la financiación que encuentran las empresas, por otro.
Parcelas de saldo
«El problema es que las administraciones que están promoviendo polígonos, como Zona Franca o Xestur, han comprado el suelo en época de bonanza económica. La única solución ahora es venderlo por debajo de su coste y perder dinero, aunque, aún así será difícil», explica un miembro de la Federación Galega de Parques Empresariais. La crisis, la legislación urbanística y el elevado precio de las parcelas frena la expansión de las empresas locales, y ejerce de elemento disuasorio para la escasa inversión extranjera (internacional o de fuera de Galicia) que se ha acercado al entorno de Vigo para sondear la rentabilidad de un nuevo proyecto industrial.
«Las multinacionales juegan con la ventaja de que hoy en día cualquier país está dispuesto a poner lo que sea, suelo gratis si es necesario, y desplegar la alfombra roja para hacerse con una inversión potente», explica un bróker conocedor de este tipo de negociaciones.
Esta competitividad es la causante de que Vigo haya perdido en los dos últimos años más de una buena oportunidad en sectores como la automoción, el naval o las comunicaciones, en favor de Portugal o, sin salir de España, de Castilla León, Extremadura o Cataluña.
Previsiones «infladas»
«La Ley de Costas también ha sido un obstáculo para algún proyecto. Recuerdo el de una empresa especializada en submarinos que se fue a Portugal porque la legislación le complicaba el acceso al mar», explica el gerente de Galicia Naves.
Los polígonos de Porto do Molle y Mos, de próxima apertura, arrancarán con una media de ocupación del 70% según sus promotores, Zona Franca y la Xunta, respectivamente.
Pero se trata de un avance hecho sobre reserva de suelo, no sobre proyectos. «Son cifras que inducen al equívoco porque muchas veces la empresa que reserva en Mos, también ha reservado en Porto do Molle o Salvaterra y, al final, no consigues financiación para instalarte en ningún sitio», explican un empresario que ha decidido paralizar por el momento su expansión a la plataforma logística de Salvaterra. |