Al mismo tiempo podría ponerse también en marcha el tramo Vigo-Porriño que será prácticamente en su totalidad subterráneo
Las obras del que se convertirá en el sexto puente internacional sobre el río Miño marcarán en el 2012 el inicio de la construcción de la línea de AVE entre Oporto y Vigo, tal y como acordaron el martes los ministros de Obras Públicas español y portugués. Fuentes de Fomento indicaron ayer que José Blanco y Antonio Mendonça coincidieron en la conveniencia de presentar ante la UE cuanto antes el proyecto del paso sobre el río como la mejor garantía de la voluntad de los dos países de llevar a cabo la construcción de la línea del tren rápido lusogalaico. Ambos Ejecutivos tratarían así de desmontar las dudas surgidas en la Comisión Europea al considerar escaso el respaldo dado por los Gobiernos de Zapatero y Sócrates a una línea que la UE considera prioritaria y a la que asignó una ayuda de 244 millones de euros con la condición de que estuviese concluida en el 2013 y no en el 2015, como ahora se ha decidido.
La construcción del puente será objeto de un concurso promovido por España y Portugal y se ubicará más arriba que el levantado hace 125 años para conectar Tui y Valença por ferrocarril y por carretera.
Las fuentes consultadas en Fomento añaden que prácticamente al mismo tiempo que se inicien las obras del nuevo puente internacional podría ponerse también en marcha la construcción de la salida sur del AVE en Vigo, tramo que conectará la ciudad olívica con O Porriño, prácticamente en su totalidad de manera subterránea. Los planes del ministerio pasan por contar en el plazo de 12 o 14 meses con el estudio informativo encargado para definir el trazado de dicho trayecto, tras haberse descartado los dos anteriores por los rechazos políticos y sociales de los ayuntamientos que atraviesa la línea.
Las previsiones del departamento que dirige Blanco contemplan igualmente que Portugal ponga en marcha el mismo año la construcción de su tramo más próximo a la frontera.
Antes, la Agrupación Europea de Interés Económico de la Alta Velocidad España-Portugal deberá ofrecer a los dos Gobiernos una valoración sobre la rentabilidad de que el AVE transfronterizo cuente con mercancías o se destine solo a pasajeros, opción que abarataría las obras unos 200 millones. El Gobierno luso valora la opción de destinar la vía convencional al tráfico de mercancías, lo que le obligaría a desdoblar el tramo Oporto-Braga, dado que el AVE discurrirá por el actual trazado. |