Pese a que el vial lleva funcionando 15 años, la antigua denominación de la N-550 aún pervive
La autovía del Atlántico nace en la plaza España. En realidad, si es un vigués de a pie esto le sonará a chino. Traducido sería algo así como: la Avenida de Madrid es, en realidad, la A-55 que comunica Vigo con Tui. Pocos conocen este kilómetro cero y con razón. El cartel que sobrevive a escasos metros de la colosal escultura de los caballos está casi camuflado por las pintadas y los anuncios en su cara externa. Si a ello le sumamos que durante los 25 kilómetros de trayecto hacia el sur más de la mitad de la señalización aparece equivocada, la confusión está servida.
A lo largo de todo el camino se alternan sin orden ni concierto las viejas y nuevas denominaciones, lo que resulta caótico para los cerca de 46.000 usuarios (a su paso por Mos) que circulan por ella de media cada día. Al final, uno tiene serias dudas de por dónde está conduciendo, si por la autovía o por la vieja N-550, arteria de comunicación con el sur antes de la puesta en marcha de la nueva carretera.
Quince años después de cortar cintas y brindar, el siglo XXI se mezcla con el XX en más de treinta indicadores. Los primeros errores se producen ya nada más salir del centro de la cuidad. Las parroquias de Lavadores y Sárdoma se acompañan de puntos kilométricos centenarios para indicar la salida en honor a la época en que el vial tenía la denominación de N-120 y era la única vía de comunicación entre Vigo y la meseta. Si se cumpliera la norma de correspondencia entre punto kilométrico y el número de salida, en realidad debería aparecer un tres junto a los nombres.
No son los únicos. Salpicados por los diez primeros kilómetros del vial se encuentran de forma dispar señales para Bembrive, el Meixoeiro o Cabral que juegan con los números como si de las líneas del bingo se tratase. Al 663 le sigue el 7 y así sucesivamente. En algunas ocasiones la misma tiene esta doble identidad, como ocurre con la salida de Tui norte. Metros antes de acceder el número 168AB es el rastro a seguir para poder desviarse a la derecha y, un poco después, se trata de la 26AB.
Como no podía ser de otro modo, las indicaciones para vías de servicio y las que se encuentran repartidas por los viales de entrada y salida a la autovía arrastran los mismos problemas. ¿La solución? Echarle grandes dosis de imaginación y un pizca de viejos recuerdos. Si cambiamos mentalmente los nombres de las viejas nacionales por el de la autovía, al final habrá alguna noción correcta. Claro que entonces el problema aparece en la cartelería que indica de forma exacta los enlaces con la N-550 y la 120. Los problemas no se acaban ahí, intentar acceder al centro de Mos si se viene desde Porriño es otra de las claves de los numerosos errores. No existe correspondencia con el del sentido contrario, así que hay que calcular a ojo tras pasar por la casa consistorial. |