 Más de un tercio del trayecto de Puxeiros a A Cañiza se realiza a una velocidad inferior a 120 kilómetros
Cuarta, curvas a izquierda y derecha, tercera, incorporación, quinta, cuidado baches... ¿Una etapa del rally Rías Baixas a su paso por Pontevedra? No, un viaje desde Vigo a Ourense por la autovía Rías Baixas. Un viaje en el que el cuentakilómetros señala la velocidad de 120 con timidez. Los problemas en la A-55- principal arteria de conexión- los túneles de Folgoso, las curvas en descenso y las obras en el firme no dejan de mover la aguja. Al final, conducir desde Puxeiros a A Cañiza y regresar se convierten en 82 kilómetros en los que durante más de un tercio del trayecto se circula a menos de 120 por hora. Las cifras llegan hasta 60 durante las curvas de Tameiga. Pese a que en un futuro está proyectado realizar una nueva autovía a Porriño, de momento este peligroso tramo por Mos es casi imprescindible. Solo es posible evitarlo tomando la autopista, pero el rodeo y el precio le restan casi todos los adeptos que quieren cambiar de provincia.
Una vez tomada la transitada salida para la A-52, la situación tampoco es la esperada para una de las principales arterias de conexión de Galicia. Las señales advierten ya de un tramo en obras de 27 kilómetros, por lo que en algunas zonas la el límite de velocidad se reduce hasta 80. Regresar desde A Cañiza aún empeora más las cosas. Después de superar el túnel de Folgoso, también a velocidad limitada, una señal de descenso con un desnivel de un cinco por cien da la bienvenida al viajero. Esa y otra de 100 que, sumada a la existencia de un radar, convierte el trayecto en una continua visita al pedal del freno. En total, unos diez kilómetros de extrema precaución que se unen de nuevo a los márgenes amarillos que anuncian las futuras obras. Si además, es usted nuevo en la materia y tras pasar la autovía de Porriño desconoce que la señalización es errónea, le espera en fin de semana un considerable embotellamiento para desplazarse por la avenida de Madrid hasta la plaza de España. Atajar por la autopista, la AP-9, para llegar al corazón de la ciudad sin semáforos ni atascos, solo es viable para los habituales. |
