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16/07/2007 Fallos de pintado y desbroce revelan déficits de mantenimiento en la AP-9

Hay señales horizontales muy deterioradas e indicadores ocultos en parte por las ramas

En plena operación de tráfico veraniego y época de máximo riesgo de incendios, los conductores van a encontrarse en Galicia numerosas carreteras en obras, con desbroces laterales aún en marcha y distintos grados de mantenimiento en las principales vías. El contraste más evidente es entre la autopista AP-9 y la autovía A-6, pues esta última aparece limpia de maleza en márgenes y con medianas adecentadas como hace tiempo que no se veía. La AP-9, en cambio, está lejos de despejar de vegetación su trazado de Ferrol a la frontera lusa, y tanto el pintado del asfalto como el aspecto de vallas y quitamiedos es peor que en la vía de gestión pública.

En la autopista es el tramo entre Guísamo y Fene donde más se nota la falta de la desbrozadora, sobre todo a la vista de cómo van quedando los alrededores del enlace o accesos de salida Sada-Bergondo, por donde ya ha pasado. En dirección Madrid, los tojos y xestas se descuelgan por taludes y muros, los hierbajos crecen alrededor del separador central y carteles de viaductos como los de Mariñán o sobre el Eume aparecen en parte ocultos por la floresta. La hierba de la Pampa, con penachos viejos o sin podar y que sobrepasan los quitamiedos de la mediana, es una constante, sobre todo flanqueando el sentido Vigo. Algo que sólo ocurre en el kilómetro 542 de la A-6 entre Lugo y A Coruña, donde también proliferan estas plantas invasoras.

El asfalto de la autovía está bien cuidado y apenas desentona el badén del kilómetro 519, que se corrigió por hundimiento del terreno, o el deficiente estado del acceso a Sabón. En cambio, son habituales los bacheados accesos de algunos peajes de la AP-9, como el de Redondela y los de Guísamo.

Entre los kilómetros 24 a 26, sentido Santiago, se notan bastante al pasar los remiendos en el carril lento de los tres disponibles. En el tramo que bordea la capital es evidente el desgaste de la pintura de líneas discontinuas centrales y hay un trozo reparado que todavía no se repintó. Más adelante, hacia el kilómetro 74 sí fueron repasadas las líneas laterales.

Quitamiedos sueltos, y Rande, que tiene peor lustre que otros viaductos

Los quitamiedos ofrecen contrastes entre la A-6 y la AP-9. En ésta los hay abollados o sueltos de los soportes tras accidentes, en los kilómetros 28 a 30, y en el 44. En la autovía es difícil ver uno dañado. El puente de Rande, obra emblemática en Galicia, no se encuentra muy lustroso. La herrumbre de las farolas y las vallas revelan el efecto del ambiente de la ría de Vigo y del intenso tráfico, en un entorno degradado por los incendios. Partes metálicas de viaductos del tramo Vigo-Tui, o el de Betanzos, más recientes, aparecen con mejor pintura.

Si en la A-52 por Ourense y Pontevedra reparan y pintan el piso (cambiarán elementos de contención), y en la A-6 recortan la maleza, lo urgente en la AP-9, antes que adecentar todos los setos, parece haber sido retirar franjas de pinos, como en los kilómetros 33 al 39, 47 al 52, 85 y 86, o del 104 al 106.

www.lavozdegalicia.es/se_a_fondo/noticia.jsp?CAT=39094&TEXTO=5986739
 
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